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En catalán o en castellano, en francés o en italiano, en portugués o en rumano, no hablamos más que un latín evolucionado respecto al idioma original que s
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En catalán o en castellano, en francés o en italiano, en portugués o en rumano, no hablamos más que un latín evolucionado respecto al idioma original que se expandió por Europa desde la Península itálica. Pero es que además lo hablamos como lo hablaba César o Catulo en algunas frases que se han conservado intactas hasta hoy en día. De la gran Roma no han perdurado sólo el anfiteatro de Tarraco o la muralla de Barcino; sino que también han aguantado hasta hoy, en mejor estado y sin pérdidas, mea culpa, spa, cum laude o alea iacta est. Unas provienen del derecho (dura lex sed lex), la filosofía (ex nihilo nihil fit) o la tradición cristiana (quo vadis), otras de la literatura (carpe diem), la historia (ave Caesar, morituri te salutant) o el saber popular (excusatio non petita, ac-cusatio manifesta). Este libro propone un viaje por las más usadas con unas deliciosas explicaciones de Josep Manuel Udina, que rastrea la etimología de cada una, a menudo sorprendentes, y sus significados actuales; un paseo entretenido por los dibujos que Toni Batllori ha creado ad hoc para esta obra; y acaba con una muestra de la presencia del latín en la calle y en la prensa elaborada por Pere Led. No hay duda, hic et nunc, aquí y ahora, seguimos hablamos latín.